sábado, 15 de agosto de 2015

9 formas de combatir la ansiedad

 

Descripción general

La ansiedad es una emoción que surge cuando una persona se siente en peligro, sea real o imaginaria la amenaza. Es una respuesta normal o adaptativa, que prepara al cuerpo para reaccionar ante una situación de emergencia. Por lo tanto, tiene una función muy importante relacionada con la supervivencia, junto con el miedo, la ira, la tristeza o la felicidad. Para preservar su integridad física ante amenazas, el ser humano ha tenido que poner en marcha respuestas eficaces y adaptativas durante millones de años: la reacción de lucha o huida.2
Ante una situación de alerta, el organismo pone a funcionar el sistema adrenérgico. Por ejemplo, cuando el organismo considera necesario alimentarse, este sistema entra en funcionamiento y libera señales de alerta a todo el sistema nervioso central. Cuando se detecta una fuente de alimento para la cual se requiere actividad física, se disparan los mecanismos que liberan adrenalina, y se fuerza a todo el organismo a aportar energías de reserva para la consecución de una fuente energética muy superior a la que se está invirtiendo para conseguirla y que normalizará los valores que han disparado esa "alerta amarilla". En esos momentos el organismo, gracias a la adrenalina, pasa a un estado de "alerta roja".
El sistema dopaminérgico también se activa cuando el organismo considera que va a perder un bien preciado. En esta situación, el organismo entra en alerta amarilla ante la posibilidad de la existencia de una amenaza, que no es lo mismo que cuando la amenaza pasa a ser real, pues en ese caso lo que se libera es adrenalina.
Desde este punto de vista, la ansiedad se considera una señal positiva, de salud, que ayuda en la vida cotidiana, siempre que sea una reacción frente a determinadas situaciones que tengan su cadena de sucesos de forma correlativa: alerta amarilla, alerta roja y consecución del objetivo. Si la cadena se rompe en algún momento y esas situaciones se presentan con ansiedad, entonces el organismo corre el riesgo de intoxicarse por dopaminas o por otras catecolaminas. Esas situaciones ayudan al organismo a resolver peligros o problemas puntuales de la vida cotidiana.
Fuente:wikipedia
Comúnmente la “ansiedad” puede estar asociada con el hambre a ciertas horas del día. Esto en medicina tradicional tiene una explicación fisiológica: ocurre una disminución de los niveles de azúcar en la sangre, lo que ocasiona una sensación de angustia y la necesidad de consumir un alimento con alto contenido de azúcar como el dulce.
En los pacientes que evalúo a diario en consulta, este patrón suele repetirse en personas que presentan altibajos en sus estados emocionales, debido a situaciones tales como: la pérdida o ruptura de una relación de pareja, un conflicto familiar, una pesada carga en el ámbito laboral o tan solo el estrés de la vida cotidiana.

Y esto tiene una explicación, ya que desde el punto de vista holístico, lo que no resuelves en tu mente tu cuerpo lo convierte en enfermedad. Es decir que toda enfermedad (incluyendo el bajopeso, sobrepeso y la obesidad) se origina por un desequilibrio emocional, que a su vez desencadena un desbalance energético, ocasionando finalmente lo que en psicología denominan somatización, que no es más que la aparición de una enfermedad que pudo ser prevenida al lograr una armonía entre nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
¿Alguna vez te ha sucedido que tienes una presión muy fuerte, o una tristeza, o sientes que no puedes drenar un sentimiento y luego te enfermas o te deprimes luego del paso de los días? Pues las enfermedades se producen porque tu cuerpo físico actúa como una esponja que puede absorber todas las cargas energéticas que tú no has podido liberar de alguna forma.
Aquí te presentamos algunos tips para que puedas liberar emociones y comenzar a tener un estilo de vida saludable:
  1. Practica diariamente alguna técnica de relajación que te ayude a calmar tu mente y conectarte con tu ser, como las respiraciones profundas o la meditación.
  2. Haz al menos una cosa que te guste hacer y disfrutar cada día. Esto te permitirá drenar tensiones. Puedes realizar ejercicio como caminata o trote, leer un libro, escuchar música, hacer yoga, pintar, escribir, estar en contacto con la naturaleza o cualquier cosa que te ayude a escuchar a esa vocecita interna que no es más que la que expresa tus más sinceros deseos internos permitiéndote dar respuesta a tus inquietudes y por ende, generando la armonía que necesitas.
  3. Deja de culpar al mundo o al de al lado por las cosas de las cuales eres responsable. Tú eres el único responsable de tu vida y de tu propio cambio.
  4. Toma las riendas de tu vida permitiéndote ser un poco más flexible contigo mismo y con tu entorno.
  5. No te dejes abatir por situaciones difíciles. Acepta tus errores o tus fracasos como parte de tu aprendizaje.
  6. Supera tus miedos. El asumirlos hará que te liberes de cargas emocionales y el enfrentarlos te dará la fortaleza para seguir adelante.
  7. Ten una actitud mental positiva. Permítete disfrutar del proceso aceptando y luego soltando los sentimientos negativos que puedas llevar contigo y que son parte de la vida y de tu evolución.
  8. Ámate tal cual eres porque de ti depende que puedas lograr la vida que tanto deseas, esa que tienes la oportunidad de disfrutar hoy al máximo.
  9. Permítete ser feliz en el presente, aquí y ahora, el pasado ya pasó y no sabemos que pueda pasar mañana así que no gastes tu tiempo y energía en pensamientos que te lleven al pasado o futuro.
Debemos tomar conciencia de que nosotros mismos tenemos la capacidad de causar nuestras propias enfermedades así como también podemos sanarlas o llegar a una autocuración a través de una forma de pensar, sentir y actuar que estén en equilibrio con lo que deseamos ser y hacer en esta vida. ¿Tarea difícil no? ¡Pero no imposible! Allí está nuestra tarea del día de hoy, pues somos los creadores de nuestro destino.

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